Y allá donde elijas, quizá en la cocina, quizás en el salón, mientras tú te haces un café, mientras enciendes el televisor, yo te cojo del brazo, te miro, te abrazo, te beso y te digo:
"Cariño, no quiero que acabe este cuento,
que comenzamos,
en el que tanto me empeñé,
en el que tanto nos estamos dando,
que solo quiero estar contigo,
ilusionarme como un niño
y crecer a tu lado.
Que no quiero que acabe este cuento,
que no quiero acabar escribiendo
canciones teniendo que cambiar la historia".